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Hoy tocaba curso de iniciación, pues así lo hemos denominado para todas las actividades que se salen desde la rampa de la magdalena. La temperatura era muy agradable pues estaba nublado y hacia un poco de poniente. Estaban todos preparados Mari Tere, de 12 años, Dos parejas de Burgos y una pareja de Irlanda ella y San Fernando el, un total de 7 personas que han disfrutado con todo el recorrido previsto, el cual por primera vez se ha completado enterito, puesto que la velocidad del grupo lo agradecía.
Después de una breve teoría de nuestro entorno y la técnica de paleo, pasamos a una demostración en el agua, seguidas de varios ejercicios que se practicaban mientras estábamos en el agua. Luego una forma de rescate en el agua, por si hay vuelco, cosa que nunca pasa si no se hace a propósito.
Nos dirigimos hacia los baluartes por el caño del tornillo.
La marea era de 45º por lo no hubo sitio donde bajarse en la “sapina” para darse un baño por allí. Por eso fuimos rápido, observe que están poniendo unos hierros con la idea de poner carteles para prohibir la navegación por esa zona (esto me lo estoy viendo venir). Pasamos por los puentes de madera peatonales y luego ya con marea en contra le dimos la vuelta al baluarte de San Ignacio, el último de los tres que vemos (San Pedro, Santiago y San Ignacio).
Hicimos el camino de vuelta a la rampa por el caño de Sanctipetri con marea a favor, pero con el ponientillo en contra. Aquí Maria Teresa tenia ya problemas para navegar puesto que su piragua la verdad no da mas de si, así pues se le ayudo. Maria Teresa mostró un buen manejo de la piragua con la dificultad que esta supone, puesto que esa marca suele irse mucho a los lados. Me decía que había bajado el Sella y que le había encantado al igual que esta ruta que estaba haciendo. No es mala comparación ¿verdad?, (los niños y los borrachos dicen la verdad).
Terminado de pasar por la rampa nos dirigimos hacia la isla del Vicario y nos sentamos a descansar justo donde se aparece el fantasma del vicario, corroborado por una amiga de la familia, de Madrid que hace poco nos visito, muy sensible para estas cosas. Después del descanso toco remar por derecho (seguidito) dándole la vuelta a la isla del vicario por la “corta”, caño del vicario y terminar por el caño Zurraque “la larga”. Cuando llegamos a la rampa un pescador nos ayudo a subir mi piragua, mientras se quitaba de la rampa, porque decía que eso era de nosotros. Yo le digo que lo que hay en España es de los españoles pero para todos iguales. Que se puede disfrutar de todo siempre y cuando haya buenas maneras y educación.
Nos dimos un auto aplauso por lo bien que terminamos todo el recorrido y para casa que seguro había ganas de comer.
Hasta la próxima.
Un Saludo
Andrés Barba
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